Cuando se habla de bebidas alcohólicas tradicionales de Japón, el sake suele ser el primer nombre que viene a la mente. Sin embargo, la cerveza ha establecido su propia importancia dentro del panorama gastronómico japonés, llegando a ser la bebida alcohólica más consumida en el país. Tanta es su relevancia, que varias marcas japonesas han trascendido fronteras, ganando reconocimiento y aprecio en mercados internacionales. Ahora bien… ¿Qué diferencia hay entre tomarme una Mahou y una cerveza japonesa? (por poner un ejemplo)
Las diferencias entre las cervezas japonesas y las europeas
Las cervezas japonesas son de sabor limpio y ligero debido a los ingredientes adjuntos como el arroz o el maíz que se suelen utilizar. En general, son menos intensas en sabor que las cervezas europeas, lo que las vuelve muy accesibles para el público general.
La realidad es que la mayoría de cerveceros europeos experimentados suelen criticar las cervezas japonesas. Y para ser sinceros, a mí tampoco me agradan demasiado. Se me hacen demasiado acuosas, sin sabor. Sin embargo, en otros países donde sí se aprecian los sabores suaves, como por ejemplo el estadounidense, han logrado tener una mayor aceptación. De todas formas, no te dejes guiar ni por mí ni por nadie y dales una oportunidad, ya que estoy seguro de que en algún momento de tu vida te toparás con las siguientes marcas.
Las mejores cervezas japonesas (o al menos las más populares)
Asahi Super Dry: la revolución de la secura
Asahi Breweries, fundada en Osaka en 1889, revolucionó el mercado de la cerveza en Japón con el lanzamiento de Asahi Super Dry en 1987. Esta cerveza introdujo el concepto de «karakuchi» (seco), que refresca sin dejar un retrogusto pesado, de ahí que sea perfecta para maridar sushi y otros platos ligeros a base de arroz.
Para mí es, sin duda, la mejor cerveza japonesa. Además, es también una de las más sencillas de encontrar, tanto en el país nipón como en España. De las 3 de la lista, esta es mi favorita sin duda.
Sapporo: tradición e innovación
Sapporo, nacida en 1869, es la cerveza más antigua y con más tradición del país. Desde entonces, la compañía ha mantenido un equilibrio entre la adherencia a las técnicas tradicionales de fabricación de cerveza y la innovación.
La icónica lata plateada de Sapporo ¡de 650ml!, diseñada por el famoso artista Tadanori Yokoo, es ya todo un icono. Aunque tengo que admitiros que mi opinión de la cerveza Sapporo no es demasiado buena, tengo también que deciros que merece la pena comprarla aunque sea por guardar la lata (sí, soy un friki de guardar latas).
Kirin Ichiban: primera en sabor, aunque eso según ellos
Kirin Ichiban significa literalmente «número uno». Un poco flipados si me preguntan, la verdad. Se elabora utilizando un método de «primera prensada», donde solo se utiliza el líquido más puro, lo que resulta en un sabor más rico y suave.
Desde su fundación en 1888, Kirin ha sido sinónimo de pureza y su cerveza Ichiban Shibori es una de las más queridas en Japón y en mercados internacionales. De hecho Kirin Ichiban es fabricada en la actualidad por una empresa alemana y distribuida por una empresa francesa. Lo que no consiga la globalización… Es sencillo encontrarla en restaurantes japoneses como el Kagura Ramen, pero si en vez de dejarte cautivar por algunos de los carteles con el botellín que encontrarás en el local prefieres ir sobre seguro, revisa antes mi opinión sobre la Kirin Ichiban.
Ahora la pregunta del millón: ¿Por qué triunfan las cervezas japonesas? (aun siendo muy normalitas)
Cada una de estas tres cervezas japonesas ofrece una experiencia curiosa. Aunque solo sea por explorar nuevos sabores, muchos nos las pedimos. Al final, lo exótico vende, eso es así. Y ojo, a pesar de que su sabor no sea mi favorito, hay que decir que los japoneses se lo curran. Su objetivo es conseguir sabores limpios y lo bordan.
Aunque quizás después de leer este artículo te hayas deshecho de la idea de probar las cervezas japonesas, tengo que decirte que no te fíes de mí. Al final las opiniones son como la nariz, todos tenemos una. Dales una oportunidad y juzga tu mismo.