La Mahou sin filtrar es una de las creaciones recientes de la cervecera madrileña. El término ‘sin filtrar’ ya lo puso de moda hace unos años la cervecera El Águila y ahora Mahou, aprovechando el rebufo, se ha subido al carro. Como aclaración, una cerveza sin filtrar no es más que una cerveza que no ha pasado por el proceso de filtración, lo que resulta en una bebida más turbia que contiene levadura y otros sedimentos naturales que se encuentran en suspensión. Pero a lo que vamos,¿merece la pena esta nueva referencia?
Características
Fabricante: Mahou-San Miguel
Estilo: Pale Lager sin filtrar
Origen: Madrid.
Ingredientes: agua, maltas de tueste bajo, maíz y lúpulo.
Precio: ~0,92€
ABV: 5,5%
IBU: 24,5 – amargor medio-bajo.
Temperatura de servicio: 3-6ºC
Nota de cata – Mi opinión de la Mahou sin filtrar
Apariencia: Dorado oscuro medio turbio. Espuma con muy poca persistencia (no me dio tiempo ni sacar una foto con un buen dedo de espuma).
Aroma: Destacan los aromas herbáceos y florales del lúpulo. Se aprecia también algo de aroma a cereal pero en menor medida.
Sabor: Cerveza con un ligero dulzor. Se aprecian los toques herbáceos que aparecían en nariz y se corona con un amargor final de mediana intensidad, que perdura durante un buen rato. Es una buena cerveza para maridar con platos algo intensos o con cierto de punto picante ya que limpia bien el paladar.
Sensación en boca: Cerveza sedosa, con algo de cuerpo (aunque tampoco demasiado, menos del que me esperaba). De carbonatación media.
Valoración: Una cerveza interesante y a la altura de su competidora comercial El Águila sin filtrar. Le echaría en cara únicamente que me esperaba algo más de cuerpo. A nivel de sabor, me gusta mucho la presencia del lúpulo, bastante poco habitual en la mayoría de lagers comerciales. Una cerveza que por menos de un euro conviene probar.
Y por supuesto, aunque tu acompañante de vida te vaya a mirar mal durante unos días (a no ser que decidas disfrutarla en solitario), tómala como manda el ritual. Antes de verter la cerveza en la copa, voltea la lata para despertar la levadura que se encuentra en suspensión.
Yo le doy un 7,5 y mi padre un 8,5. Así que la media es un sólido 8.